Nomofobia, la nueva enfermedad tecnológica

Inestabilidad, agresividad y dificultades de concentración, acompañados de malestar general, hipervigilancia, inquietud, temor a estar desconectado o aislado. Es lo que siente el 53% de los españoles si olvida el móvil en casa, se les agota la batería, el saldo o no tienen cobertura de red; una sensación enfermiza que tiene nombre: nomofobia. Un término que hace referencia a una abreviatura de la expresión inglesa 'no-mobile-phone phobia'. Según un informe realizado por el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad, una persona consulta su teléfono móvil una media de 34 veces al día, lo que delata la dependencia de la tecnología. Así, no es de extrañar que el 96% de los españoles tenga móvil, un 26 por ciento de los usuarios incluso dos, y el 2% hasta tres. España es el país con más teléfonos móviles por habitante, superando a gigantes como Estados Unidos, China o Francia. En 2011 se vendieron 9,8 millones de teléfonos inteligentes, un 30% más que el año anterior. El 33 por ciento de los españoles navega en Internet a través de su teléfono y casi 10 millones de españoles utilizan whatsapp para enviar mensajes o fotos. La nomofobia tiene, sin duda, un buen caldo de cultivo. Una enfermedad que crece Este padecimiento creció el 13% en los últimos cuatro años, debido a que cada vez son más los consumidores que se ven atados a sus teléfonos inteligentes y a que la tecnología es cada vez más accesible y económica. Así, según explica la directora en España del centro impulsor del estudio, Marina Dolgopol, 'las personas que padecen de nomofobia expresan que su teléfono es su vida, que lo es todo, y les brinda la sensación sobre todo de sentirse acompañados'. En cuanto al perfil de potencial enfermo de nomofobia, mujeres y adolescentes suelen ser más propensos a padecerla y, entre todos ellos, los jóvenes de entre 18 y 24 años son los que corren más peligro. Dentro de este rango, el 8% de los universitarios son los que más lo sufren. La cura Según Marina Dolgopol, 'la clave es aprender a controlarse, desprenderse del móvil de forma gradual, afrontar de forma aislada las sensaciones y pensamientos negativos derivados de este padecimiento como pueden ser las crisis de pánico'. Para prevenir este problema, se recomienda a los padres evitar que los hijos tengan conexión a la red desde su habitación y establecer unos horarios para un uso correcto de las tecnologías. Unas tecnologías que controlan mejor a los que hay que controlar. Publicado en: https://joven.bankia.es/Portal/Home/cruce/0,0,83213%24P1%3D1063,00.html