«Juntos podemos crecer y hacer frente a este nuevo reto. Creo que puedo ayudar a llevar a las 'flechas plateadas' a la cima y alcanzar nuestras ambiciones conjuntas de ganar el campeonato del mundo». Ese es el nuevo objetivo del campeón mundial de automovilismo de 2008, Lewis Hamilton, que se ha convertido en el flamante nuevo fichaje de Mercedes, donde ya compitió como junior.
El piloto británico ha asegurado que ahora es «el momento de asumir un nuevo reto fresco y apasionante», afirmando estar «muy entusiasmado por empezar un nuevo capítulo» en un equipo como Mercedes, que cuenta con un «patrimonio increíble en el automovilismo, junto con una pasión por ganar que yo comparto», según señala en el comunicado de su nuevo equipo.
Hamilton, de 27 años, firmaría un contrato para las próximas tres temporadas, aunque prorrogable, a cambio de unos sesenta millones de libras y con el que la escudería alemana pretende mejorar sus pobres resultados de las últimas campañas.
De esta forma, y tras varios meses de negociaciones, el hasta ahora buque insignia de McLaren, abandona la que ha sido su casa desde los 13 años, uno de los equipos punteros de la competición, para continuar su carrera en una escudería que está un peldaño por debajo, pero en la que luchará por el título.
Una escudería en la que le esperan con los brazos abiertos. Así, lo confirman las declaraciones del jefe de Mercedes, Ross Brawn, quien admite que es un «inmenso placer dar la bienvenida a nuestro equipo a Lewis Hamilton».
Por su parte, la casa alemana no renovará contrato a Schumacher, cuyo volante dirigirá a partir de ahora Hamilton, que compartirá equipo con Nico Rosberg (con quien ya corrió con el TeamMBM.com en Formula A karting), aunque el káiser, de 43 años de edad, no haya confirmado aún su posible retirada, que podría producirse a final de curso, cuando se incorpore Hamilton.
Lo que sí ha confirmado es su marcha del equipo, confesando que ha «disfrutado de tres años con el Mercedes F1 team que, lamentablemente, no han tenido el resultado deportivo que hubiésemos deseado». «Quiero agradecer al equipo la confianza depositada y a los chicos su trabajo», continúa en un comunicado. Mientras él asegura estar ya concentrado en las próximas carreras, fuentes cercanas descartan que fiche por otro equipo.
También el jefe de su todavía escudería ha tenido palabras para el veterano piloto alemán, cuya energía y compromiso, recuerda, «nunca cedieron, tampoco cuando nuestros resultados no cumplían con las expectativas», resolviendo: «Ha sido y es un placer con Michael Schumacher».
Se confirma asimismo que el efecto dominó ha afectado también al mexicano Sergio Pérez, de 22 años, que cerrará fichaje con McLaren y será pareja de Button tras la salida de Hamilton. Una «cadena de grandes actuaciones, un trío de podios y una vuelta rápida brillante en el GP de Mónaco de este año nos demostraron que a Sergio no le falta nada en términos de velocidad y compromiso», sostiene el mandamás de McLaren, Martin Whitmarsh.
Entre los nombres candidatos a ocupar su plaza en Sauber suena el de Jaime Alguersuari, ahora probador de neumáticos para Pirelli, que había asegurado que en los próximos días anunciaría su fichaje por un equipo competitivo para la temporada 2013.
Sea quien sea la nueva incorporación, lo tendrá difícil para sustituir a Hamilton, quien, según el jefe de McLaren, «escribió un extenso capítulo de su vida y carrera profesional con nosotros y ha sido, y siempre será, miembro de un exclusivo club, el de los Campeones del Mundo de McLaren».
Con todo, tampoco será sencillo para Hamilton sustituir al siete veces campeón mundial Michael Schumacher, pese a que, tras su vuelta a la Fórmula 1, hace tres años, haya asegurado que el camino no ha sido «el esperado». Pese a todo, el alemán ha vuelto a agradecer la confianza a Mercedes y ha lanzado un mensaje a Hamilton: «Deseo mucha suerte a Lewis».
Habrá que ver qué pesa más, si el rendimiento deportivo y la repercusión mundial del chico McLaren, o el respaldo económico y mediático de una pieza clave para Mercedes y una leyenda sobre el asfalto. Con esa diatriba desembarca Hamilton en Mercedes y, sobre todo, con la difícil misión de cubrir el hueco sentimental que, para el mundo del automovilismo, deja el adiós de Schumacher.
