50 años de mensajes de paz

«Quiero dar gracias a Dios y a los hombres por haber hecho posible estos 50 años, en los que hemos tenido momentos dolorosos, como los amigos y niños que se nos han quedado por el camino, pero muchos más momentos felices y grandes satisfacciones». Así comienza el mensaje de agradecimiento del Padre Ángel, fundador, hace ahora medio siglo, de Mensajeros de la Paz. Declarada de utilidad pública y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, entre otros muchos reconocimientos, fue el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, entonces arzobispo de Oviedo, quien autorizó en 1962 a dos curas recién ordenados (Ángel García y Ángel Silva) la creación de Mensajeros de la Paz, ONG que, a su juicio, «no es la obra de una persona, o de dos, sino la de cientos, la de miles de personas buenas y comprometidas que creen que un mundo mejor es posible y luchan por ello». Personas que llevan 50 años trabajando por un mundo mejor. Cincuenta años llevando esperanza donde más falta hace, adaptándose a las necesidades sociales de cada momento y las peculiaridades de cada lugar, y trasladando su mensaje de «vida, luz y amor» en casi medio centenar de países, donde han desarrollado actividades sociales relacionadas con la protección de la infancia y la atención a personas mayores, así como a otros sectores sociales vulnerables como discapacitados físicos y psíquicos, mujeres víctimas de violencia doméstica, jóvenes en riesgo social o familias inmigrantes. En el extranjero Mensajeros lleva a cabo programas de Cooperación Internacional y atiende demandas de ayuda humanitaria urgente de países que han sufrido desastres naturales o conflictos bélicos. En España gestiona 232 centros y proyectos y cuenta con más de 3.900 trabajadores, que atienden diariamente a más de 18.000 personas. En los dos últimos años Mensajeros de la Paz ha suscrito 911 contratos de trabajo. Como ONG de su tiempo, también está atenta al desarrollo de la crisis y, para combatirla, ha desplegado toda una red de recursos sociales anticrisis que incluye comedores sociales infantiles, centros de apoyo escolar, bolsas de ayuda material, capacitación profesional, cesta solidaria, o el Banco Solidario, una plataforma en Internet que intenta fomentar la solidaridad ciudadana, poniendo en contacto a personas que quieren ayudar con otras que necesitan esa ayuda. Entre ellos, asegura el Padre Ángel, cada vez más «pobres de corbata». Muchas han sido las felicitaciones y mensajes recibidos en Mensajeros de la Paz con motivo de su 50 Aniversario, entre los que destaca el del Papa Benedicto XVI, quien, además de la Bendición Apostólica, da gracias «por tantos años de atención a cuantos se encuentran en situación de soledad, abandono, exclusión social y escasez de recursos» y alienta «a los miembros de esta Asociación a renovar su generosidad perseverando en el espíritu de servicio y caridad». Y es que, según los cálculos de su fundador, han sido cientos de centros y miles de personas atendidas por Mensajeros durante estos años. Aunque no hubiese sido así, «todo hubiera merecido la pena por una sola sonrisa de un niño que crece sano, feliz y protegido, o por la mirada serena de un anciano que vive tranquilo, atendido y respetado los últimos años de su vida».