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Acción y efecto de comunicar o comunicarse. Es la primera definición que la Real Academia Española aporta en su diccionario sobre el término Comunicación. Denostada hasta el extremo en nuestros días, este blog pretende recuperar su esencia misma, como elemento consustancial a la realidad del ser humano y que le ha permitido dominar el mundo. Me ratifico a través de estas líneas, en demostrar que la mejor arma es la palabra...


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lunes, 20 de febrero de 2012

Tintín en el Congo no es racista


El segundo libro de Hergé narra las aventuras del joven periodista en la ex colonia belga

Tintín no es racista, aunque esté en el Congo. Así lo considera un tribunal belga que ha rechazado la petición del activista congoleño Bienvenu Mbutu Mondondo de que se prohíba el tebeo por, supuestamente, violar las leyes contra el racismo en su descripción de los africanos.

Eso ocurrió en 2007. Ahora, un juzgado de primera instancia de Bruselas ha sentenciado que la edición de 1946 de las aventuras del joven periodista en el Congo no pretenden 'incitar al odio racial, uno de los criterios para decidir si algo viola las leyes belgas contra el racismo'. 'Está claro', añade el fallo, 'que ni la historia, ni el hecho de que haya sido puesto a la venta, tiene el objetivo de (...) crear un ambiente intimidatorio, hostil, degradante o humillante'. Mondondo recurrirá la sentencia, pese a que las aventuras son muy populares también en la República Democrática del Congo.

El libro, el segundo de la serie Las aventuras de Tintín, ideadas por el dibujante belga Georges Remi (alias Hergé) se publicó primero por entregas, en blanco y negro, en Le Petit Vingtième entre 1930 y 1931, aunque ese mismo año salió también la primera edición en álbum, en blanco y negro. En 1937 fue reeditado por la editorial Casterman que, en adelante, explotaría en exclusiva los derechos de publicación de las aventuras del personaje. No fue hasta 1946 cuando apareció el trabajo en color, con importantes cambios: desaparecen entonces todas las alusiones al colonialismo belga en el Congo. Unas buenas intenciones que no lograron evitar las críticas, agudizadas con el recrudecimiento de los problemas coloniales de los años 50 y la posterior descolonización.

Y es que, en realidad, el álbum nunca ha pasado desapercibido. Tanto es así que, durante cierto tiempo, la obra apareció sólo en ediciones facsímiles de difusión limitada, consciente el autor de la controversia que había suscitado con su visión sobre el 'continente negro'. Sus detractores denuncian que refleja una visión del mundo 'colonialista y racista', además de mostrar un excesivo gusto por la crueldad y por la caza de muchos animales actualmente en peligro de extinción, por lo que ha sido clasificada como matanza. Los indígenas, por lo demás, son mostrados prácticamente como estúpidos, ya que incluso los elefantes hablan mejor el francés que ellos mismos.

Coincidencia o no, la obra regresó a las librerías en todo su esplendor como consecuencia del éxito que tuvo su publicación en una revista del Zaire independiente en los años 60.

Aunque a su éxito también ha contribuido el que Steven Spielberg estrenase el pasado año una película de dibujos animados sobre Tintín y su perro Milú, la polémica continúa. A mediados de 2007, la Comisión para la Igualdad Racial británica pidió a las librerías de Reino Unido que no colocaran el libro en la sección infantil, aunque esto no hizo sino alimentar sus ventas, que en Gran Bretaña crecieron un 4.000%. Más cercano en el tiempo, en agosto de 2011, un estudiante congoleño en Bruselas demandó a la editorial Moulinsart y pidió la retirada del libro por 'racista, xenófobo y pura propaganda colonialista'. En septiembre se sumó el Consejo Representativo de las Asociaciones Negras en Francia.

Con respecto al trabajo centrado en el Congo, abunda en tópicos sobre el continente africano, dibujado, según el autor, 'al más puro estilo paternalista, que era el que reinaba en Bélgica en aquella época'. Sus aventuras y curiosidad llevan a Tintín hasta el reino de Babaoro'm, donde se convierte en hechicero de la tribu. Pero no acaba ahí la historia: por casualidad, se encuentra con una banda de gangsters seguidores del mismo Al Capone cuyo objetivo es controlar la producción de diamantes en el Congo. Como era de esperar, el reportero consigue detenerlos y parte hacia su próximo destino: América.

La idea de contextualizar las peripecias de Tintín en el Congo se debe, según algunos críticos, en buena medida a la necesidad de 'suscitar vocaciones coloniales', aunque, en realidad, Hergé prefería hacer el viaje inverso, y enviar primero a su héroe a conocer la situación de los indios americanos, que abordaría en Tintín en América.

El Congo era la principal colonia belga en aquel momento y obras como la de Hergé, con tanta repercusión, debía contribuir a mantener el statu quo vigente. En la actualidad, sigue prohibido en varios países, entre ellos, China.

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